La parte baja de la torre de Santa María, del siglo XIII, sigue el modelo de alminar almohade, cuya estructura se articula por medio de dos torres de planta cuadrada dispuestas una dentro de la otra, con una escalera entre ambas. El remate de la misma responde al periodo barroco. Exteriormente, destaca por los vistosos discos vidriados con flores de lis estampilladas (marcas del artífice), que jalonan el muro, y que, al incidir la luz producen bellos reflejos metálicos.

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